EL TIMPLE

El timple es el instrumento más emblemático de nuestra cultura. Nacido presumiblemente a mediados del siglo XIX, el timple es como una guitarra vista con unos prismáticos al revés. El origen de este instrumento de naturaleza ‘parrandera’ es el laúd barroco, aunque hay quien quiere atribuirle a sus genes la cora berébere. Se fabrica en madera de morera o palo santo en los aros y fondo, cedro o pino para la tapa armónica entre otras y utilizaba cuerdas de tripa pulsadas y rasgueadas con los dedos, aunque había quien tocaba el timple con plectro o púa, tanto de plástico como con ‘chapas de agua de Firgas’. La tripa ha sido sustituida por el nylon debido a su estabilidad y afinación. Tradicionalmente se tocaba el timple con cuatro o cinco cuerdas, según zonas, y variaba su afinación con el toque o el intérprete.
Hoy en día se fabrican timples de cuatro, cinco, seis y hasta doce cuerdas (ver foto a la derecha de Enrique Mateu y Jesús Machín con un timple de 12 cuerdas). También se ha venido investigando con diferentes maderas y materiales como la fibra de carbono. Incluso se ha explorado en formas y diseños que los convierten en auténticas esculturas o joyas de exposición, todo ello fruto de las necesidades naturales de los tañedores que han elevado el timple de instrumento de acompañamiento en parrandas a instrumento solista y de concierto.

Las principales características del timple que le confieren su personalidad son: la afinación aguda de sus cuerdas (de ahí proviene su nombre tradicional ‘timple’, una evolución por epéntesis de ‘tiple’) y el ‘camellito’, o joroba, que caracteriza el diseño de su tapa trasera y su resonancia.

Artenara ha investigado especialmente en nuevas evoluciones de nuestros instrumentos tradicionales así como en diversas afinaciones alternativas. Jesús Machín, luthier grancanario, ha sido el responsable del alumbramiento de los primeros timples de seis y doce cuerdas, ejes de nuestro sonido.

EL TIMPLE

El timple es el instrumento más emblemático de nuestra cultura. Nacido presumiblemente a mediados del siglo XIX, el timple es como una guitarra vista con unos prismáticos al revés. El origen de este instrumento de naturaleza ‘parrandera’ es el laúd barroco, aunque hay quien quiere atribuirle a sus genes la cora berébere. Se fabrica en madera de morera o palo santo en los aros y fondo, cedro o pino para la tapa armónica entre otras y utilizaba cuerdas de tripa pulsadas y rasgueadas con los dedos, aunque había quien tocaba el timple con plectro o púa, tanto de plástico como con ‘chapas de agua de Firgas’. La tripa ha sido sustituida por el nylon debido a su estabilidad y afinación. Tradicionalmente se tocaba el timple con cuatro o cinco cuerdas, según zonas, y variaba su afinación con el toque o el intérprete.

Hoy en día se fabrican timples de cuatro, cinco, seis y hasta doce cuerdas (ver foto debajo de estas líneas de Enrique Mateu y Jesús Machín con un timple de 12 cuerdas). También se ha venido investigando con diferentes maderas y materiales como la fibra de carbono. Incluso se ha explorado en formas y diseños que los convierten en auténticas esculturas o joyas de exposición, todo ello fruto de las necesidades naturales de los tañedores que han elevado el timple de instrumento de acompañamiento en parrandas a instrumento solista y de concierto.

Las principales características del timple que le confieren su personalidad son: la afinación aguda de sus cuerdas (de ahí proviene su nombre tradicional ‘timple’, una evolución por epéntesis de ‘tiple’) y el ‘camellito’, o joroba, que caracteriza el diseño de su tapa trasera y su resonancia.

Artenara ha investigado especialmente en nuevas evoluciones de nuestros instrumentos tradicionales así como en diversas afinaciones alternativas. Jesús Machín, luthier grancanario, ha sido el responsable del alumbramiento de los primeros timples de seis y doce cuerdas, ejes de nuestro sonido.

ASÍ SUENAN NUESTROS TIMPLES

Este tema está interpretado solo con dos timples de seis cuerdas. Se trata de unos aires de lima de Valsequillo, Gran Canaria, interpretados por Enrique Mateu como canción de cuna y dedicado a sus hijos. El tema de se llama Maye, que es como se denominaban a las abuelas antiguamente en Canarias.

En el siguiente vídeo la melodía es interpretada por un timple de 12 cuerdas que está acompañado por una guitarra fretless.

JESÚS MACHÍN

Hay que entender que solicitar a un maestro luthier que nos fabricara estos instrumentos y que, además, pudieran amplificarse y que la afinación fuera estable, que encontrara las cuerdas a medida para estos nuevos instrumentos y que resolviera todo un sin fin de problemas técnicos que debían solucionarse para cumplir con nuestras especificaciones, era tarea muy complicada.

Encontramos en Jesús Machín el aliado perfecto ya que no solo era capaz de afrontar casi cualquier reto sino, además, ofrecer un instrumento de máxima calidad tímbrica y de muy cómoda ejecución con unos acabados impecables.

En estas fotos se puede observar el proceso de fabricación de nuestros timples por Jesús Machín.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies